Armando Suárez-Cobián
Writer and Poet
New York, NY
Me he acercado a ver las piezas de Tepper con la curiosidad de un arqueólogo. Las piezas en si se parecen más de lo que yo creía pero se diferencian en lo que mas se parecen. Y no me refiero ni al material ni a las formas y su belleza implícita, eso es demasiado obvio, me refiero a su interacción con la luz. Tepper es un escultor de la luz, esculpe con la luz, con las manos del fotógrafo y con la pasión del alquimista.
En las piezas de bronce como en algunos aspectos de la vida misma, no sólo tiene dominio de las formas sino de la luz. Tepper primero moldea las piezas en cera con la precisión y la delicadeza con las que se construye un espejo. Al final, estas piezas que terminan en bronce parecen haber sido descubiertas en un sitio lejano, y no sabemos muy bien si pertenecen al pasado o a una civilización del futuro pero sí que reflejan la luz, y en esta refracción de la luz se visualizan algunas de las intenciones del artista.
En las piezas de cerámica Tepper trabaja con la misma pasión pero no tiene el mismo dominio sobre el resultado final. Imagen y posibilidad en algún momento se separan y terminan siendo lo que el fuego ha de decidir, como en la antiguedad. En estás piezas en las que el azar hace su parte, la luz no se refleja sino se transparenta, la luz atraviesa la forma, enriquece la imagen, sugiere nuevas formas, crea otra posibilidad, otros caminos, que van redefiniendo su obra y su destino.
Form, Light and Possibility
I approach Tepper’s pieces with the curiosity of an archaeologist. They are more similar to each other than I would have expected, but they differ most in their similarities. I am not referring to the material, nor to the forms and their implicit beauty; that is too obvious. I am referring to their interaction with the light. Tepper is a sculptor of light- he sculpts with the light with the hands of a photographer and with the passion of an alchemist.
In his bronze cups – almost as a reflection of life itself-he not only has dominion of the forms but of the light. Tepper first molds his pieces in wax with the precision and delicacy with which one constructs a mirror. After the casting, their mystery is such that the bronzes appear as if they were discovered in a far away place; we don’t know whether they pertain to the past or to a civilization yet to come. But we do know they reflect light and in this refraction of light we can visualize some of the artist’s intentions.
In his ceramic cups, Tepper works with the same passion but does not have the same control over the final result. Image and possibility separate at some point and end up being what the fire decides- like in ancient times. In these pieces in which chance plays its part, the light does not reflect but is transparent. By passing through the form, the light enriches the image, suggests new forms and creates other possibilities, other paths, which will redefine both Tepper’s work and his destiny.